El tráfico de drogas está experimentando un auge alarmante en los territorios caribeños y Europa, una situación que está generando preocupación a nivel internacional. Las posesiones de ultramar, debido a su ubicación estratégica y a la falta de controles rigurosos, ofrecen una ruta fácil y accesible hacia la Unión Europea.
En el período en el que Estados Unidos dominaba como el mercado de cocaína más grande del mundo, la droga era transportada por vía aérea a destinos como Puerto Rico y las Bahamas, para luego ser trasladada a Florida en barco. Sin embargo, los tiempos han cambiado. Hoy en día, la demanda más intensa de cocaína proviene de Europa, donde su precio al por mayor supera en aproximadamente un 40% al de Estados Unidos. Para satisfacer esta progresiva demanda, los contrabandistas han adaptado sus cadenas de suministro para incluir un conjunto diferente de islas caribeñas: los territorios europeos de ultramar.
Los departamentos franceses de Martinica, Guadalupe y Guayana Francesa se han convertido en puntos estratégicos en este nuevo panorama, principalmente porque son parte de la Unión Europea, lo que facilita el acceso a Europa. Además, ingresar a estos territorios, especialmente a la Guayana Francesa, es relativamente sencillo. Los contrabandistas que optan por pasar por Surinam, una antigua colonia holandesa, pueden eludir a la policía corrupta en el río Maroni, en la frontera con la Guayana Francesa, según informes de InSight Crime, un equipo de investigación con sede en Washington.
La búsqueda de “mulas” para transportar cocaína a Europa no representa un gran desafío. La Guayana Francesa, empobrecida en comparación con la Francia metropolitana, ofrece un terreno fértil para reclutar a personas dispuestas a correr el riesgo. La posibilidad de ganar 7.000 euros (equivalentes a 7.600 dólares) por un viaje de ida y vuelta de 17 horas es tentadora, a pesar de las altas probabilidades de ser detectado. De hecho, la policía francesa impidió el embarque a casi 10.000 pasajeros sospechosos de ser mulas en el año hasta noviembre de 2023.
No obstante, la mayor parte de la cocaína que llega a Europa lo hace por mar. Un ejemplo de esto fue la incautación realizada el 18 de marzo por las autoridades en el puerto francés de Le Havre, donde se confiscaron 2,7 toneladas de cocaína enviadas desde Guadalupe. De hecho, más de la mitad de la cocaína incautada en la Francia metropolitana en 2022 provenía de sus territorios caribeños
El escenario en otros territorios europeos refleja una realidad similar. Las posesiones británicas en el Caribe, que incluyen las Islas Vírgenes Británicas (BVI), se han convertido en un punto de partida para yates cargados de cocaína que se dirigen a ambos lados del Atlántico. Las llegadas desde Curazao, una isla del Caribe holandés con recursos limitados, y Surinam, donde la comunidad holandesa constituye aproximadamente la mitad de la población, representaron el 63% de toda la cocaína incautada a los pasajeros en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam en 2023. Para patrullar sus territorios caribeños, las autoridades holandesas invertirán 61 millones de euros este año.
Este comercio en expansión ha tenido repercusiones devastadoras. La población carcelaria en los territorios franceses de ultramar se incrementó en un 47% entre 2013 y 2023, en parte debido a las detenciones por delitos relacionados con drogas. El Caribe ahora tiene una de las tasas más altas del mundo de personas en tratamiento por consumo de cocaína. Varios “mulas” han perdido la vida cuando las cápsulas de cocaína que habían ingerido estallaron en su interior. La violencia relacionada con las drogas es una preocupación creciente para los estados insulares vulnerables. Además, las drogas están alimentando la corrupción. En febrero, un tribunal de Miami encontró culpable de tráfico de drogas a un ex primer ministro de las Islas Vírgenes Británicas.
¿Cuál es la solución? Los esfuerzos para incrementar la seguridad portuaria sólo pueden llegar hasta cierto punto sin perjudicar el comercio, según David Caunter de Interpol. Menos del 2% de los contenedores marítimos en todo el mundo son inspeccionados. Los controles de identidad de los viajeros procedentes de la Guayana Francesa han reducido la cantidad de cocaína que llega a Francia continental, pero también han generado preocupaciones sobre la discriminación racial. En cualquier caso, los traficantes simplemente tienden a desviar el tráfico hacia Martinica y Guadalupe. Esto no es sorprendente. El tráfico de “mulas” en la Guayana Francesa despegó sólo después de que los holandeses reforzaron los procedimientos de control para los pasajeros que viajaban de Surinam a Ámsterdam, según Thierry Nicolas de la Universidad de la Guayana Francesa.
Estados Unidos se destaca como la nación más influyente en la batalla contra las drogas en el Caribe, sin embargo, los territorios europeos se encuentran en una posición de desventaja. CARICOM-IMPACS, una entidad regional de seguridad, se enfrenta a la ardua tarea de recaudar fondos. La escasa cooperación de los estados caribeños empobrecidos socava las operaciones de seguridad internacionales. “Es sumamente complicado obtener asistencia y datos precisos en las investigaciones de otros estados del Caribe”, afirmó Clarisse Taron, fiscal del puerto principal de Martinica, al Senado francés en diciembre.
Los países europeos, que son el destino final de la mayoría de la cocaína, podrían ver mejoras significativas si invierten más recursos en la región. Actualmente, se estima que la Unión Europea invierte solo alrededor de un tercio de lo que Estados Unidos destina a la reducción de la oferta de drogas. Durante su visita a la Guayana Francesa el 25 de marzo, la primera en más de seis años, Emmanuel Macron, el presidente de Francia, se enfrentó a críticas renovadas por la financiación insuficiente de la seguridad por parte de su administración.
No obstante, es crucial que los gobiernos europeos procedan con prudencia. Sus directivas pueden ser percibidas como arrogantes por los residentes del Caribe. En enero, los primeros ministros locales expresaron su “alarma” cuando el representante no electo del gobierno británico en las Islas Vírgenes Británicas solicitó poderes ampliados para implementar reformas de gobernanza. Sin embargo, sin la intervención de Europa, el Caribe continuará sufriendo las repercusiones de ser un canal para el mercado de cocaína más insaciable del mundo.
Es preocupante esta creciente problemática de drogas que afecta no solo a los territorios caribeños, sino también a los países europeos. Este fenómeno no solo implica un aumento en el tráfico de drogas, sino también una escalada en la violencia, la corrupción y una serie de problemas sociales y económicos que desestabilizan a estas regiones.
Risks International comprende la gravedad de este problema global. Como organización, estamos comprometidos a contribuir con soluciones efectivas y sostenibles. Creemos que la lucha contra el narcotráfico no es solo responsabilidad de los gobiernos, sino que requiere la participación de todos los sectores de la sociedad.
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