En dos procedimientos realizados en Colombia y Costa Rica fueron descubiertos los estupefacientes. El trabajo investigativo realizado por la Fiscalía General de la Nación, a través del Cuerpo Técnico de investigación (CTI); y la articulación de capacidades con la Armada Nacional y la agencia estadounidense DEA, se logró confiscar cerca de tres toneladas de cocaína que salieron de las costas del Pacífico y Caribe colombiano con destino a países de Centroamérica.
Incautación Costa Rica:
La embarcación fue ubicada gracias a la alerta internacional que se difundió, debido a las advertencias de los Investigadores del CTI. La lancha cargada con cocaína del Golfo de Morrosquillo (Sucre), fue ubicada en un sector despoblado en las playas de Limón, en Costa Rica
Tras las verificaciones, las autoridades de ese país encontraron 2.454 kilogramos de cocaína, que estaban distribuidos en varios bultos. Asimismo, capturaron al ciudadano jamaiquino Devan Peteante y al costarricense Ángel Gerardo Barahona Sánchez.
Incautación Buenaventura:
De las costas de López de Micay (Cauca) salió una lancha camaronera con estupefacientes. El CTI reportó el hecho a la Armada Nacional que, en una actividad de interdicción marítima, localizó la embarcación en cercanías de Ladrilleros, en aguas jurisdiccionales de Buenaventura (Valle del Cauca).
En el procedimiento fueron incautados 483 kilogramos de cocaína y fueron capturados dos tripulantes, identificados como Luis Carlos Prado Valencia y Carlos Mario Pandales Marmolejo. Un fiscal de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico imputó a estas personas el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Con estos dos procedimientos realizados en Colombia y Costa Rica, se evidencia el trabajo coordinado de las autoridades nacionales e internacionales para combatir el narcotráfico y sus redes de distribución. Estas acciones representan un duro golpe para las finanzas de los grupos criminales que se lucran de la producción y el tráfico de estupefacientes, y contribuyen a la seguridad y la paz de la región.
Es responsabilidad de todos los ciudadanos colaborar con las autoridades para denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el tráfico de estupefacientes. Solo así podremos construir una sociedad más sana, segura y pacífica.
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Autor: Luisa Caicedo
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